ASOCIACION SUCRENSE DE ECOLOGIA |
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Ha comenzado un nuevo año, un novel milenio que significa esperanza. Ilusión de encontrar soluciones, alegría y paz, en este mundo convulsionado. Pero, al mismo tiempo que la novedad de comenzar otra vez, una página en blanco, los viejos temas no han sido solucionados, nuestro Departamento continúa con los problemas de erosión, hectáreas completas, se pierden cada año en el proceso de desertificación.
El Río Pilcomayo continua contaminado, y los alimentos regados con sus aguas nos sirven de alimento ¿Con qué consecuencias para nuestra salud? No existen investigaciones suficientes para saber con exactitud.
La contaminación urbana, producto del manejo inadecuado de residuos: sólidos, líquidos, peligrosos, es tocado de soslayo por la entidad de aseo urbano, los basureros clandestinos están en la mayoría de los barrios, con la consiguiente amenaza para la salud de los habitantes por la proliferación de insectos, ratas y perros callejeros.
La contaminación acústica, producida por el ruído de bocinas, difícil de creer en una ciudad pequeña como Sucre se constituye en otro peligro para los pobladores, principalmente los del área central, sin que se le de tratamiento por la importancia que merece.
A su vez, a nivel departamental, el único espacio protegido El Palmar, Area Natural de Manejo Integrado, desde su creación en 1997 hasta el momento no cuenta con un plan de gestión, para su administración, mientras, las especies animales y vegetales de la zona continúan sin protección.
Estos y muchos problemas no mencionados requieren urgente tratamiento a partir de los organismos pertinentes: Prefectura, Alcaldía, organizaciones privadas, medios de comunicación, y la sociedad en su conjunto.
Esperemos que este año que comienza, empiecen también las acciones para encontrar entre todos soluciones y mejora de la calidad de vida. |